Historia

En Cangas, se empieza a jugar al balonmano a principios de la década de los 60, con un grupo de amigos que tendría que desplazarse a Vigo para disputar los primeros partidos.

El primer partido fue en 1961 en el colegio Alba de Vigo, en donde con el nombre de LUCEROS, ganaban al “Alerta” de Vigo por 4-5. En ese mismo año, se inscriben por primera vez como equipo juvenil suponiendo esto, el inicio del Club oficialmente. El primer equipo senior se inscribe en 1968 en la liga de tercera Provincial.

Los partidos que el equipo jugó en Cangas hasta 1972, los disputaba en la Avda. de Vicenti. Ahí cortaban el tráfico, pintaban el campo de juego, traían a hombros las porterías y retiraban a mano los coches aparcados. Posteriormente, en 1972, ya en primera provincial, se inaugurará la “pista del aterrado”, situada en el centro de Cangas en frente del mercado que lleva su mismo nombre.

En 1977 se comienza a jugar, por fin, en la primera instalación acondicinada adecuadamente para la práctica del balonmano, el pabellón de “Romarigo”. En ese año el Luceros pasa a pertenecer a la estructura del Alondras CF., ascendiendo a Segunda Nacional en 1980.

Ya como Club Balonman Cangas desde 1984 y, desde 1990, con el apoyo incondicional y desinteresado de la empresa local Frigoríficos del Morrazo, tras ascender a Primera Nacional y a División de Honor B, en 1993 se empieza a jugar en el ya emblemático pabellón Municipal de “O Gatañal”, de un aforo de hasta 2500 espectadores. Poco después, en la temporada posterior a su estreno, se hace realidad el sueño increible de jugar en la liga Asobal.

La primera etapa en la máxima categoría no pudo ser más prolífica, manteniéndose 11 años consecutivos entre equipos de la categoría del Barcelona, Porland San Antonio, Ciudad Real, Ademar, Valladolid y Teka Santander. El público llenaba el pabellón, apodado popularmente en esos momentos como “O Fervedoiro” por la presión y el empuje de la afición, que animada por la banda de música, hacía sonar sus cánticos y sus gritos más allá de las gradas. No en vano, su empuje se vio siempre reflejado en los resultados del equipo jugando como local.

En la temporada en la que se consumó el primer descenso para el club en toda su historia, hizo realidad uno de sus hitos mayores, jugar en la liga europea EHF, tras obtener la campaña anterior un meritorio octavo puesto. Posteriormente regresó a la categoría de plata, donde la vuelta a la Asobal se hizo esperar, hasta obtener un ascenso en el 2009 que duraría un año.

Desde su segundo descenso, el equipo confeccionó una plantilla desde la base, usando el potencial de la cantera del balonmano gallego como punta de lanza. Este proyecto modesto trajo sus frutos a partir de la temporada 2012/13, en la que volverían a la máxima categoría. Desde aquella, el crecimiento profesional de los jugadores ha dado lugar a nuevas alegrías a la afición, como el regreso a la liga EHF, tras un 5º puesto en la temporada 2014/15, o la participación en la copa Asobal, tras obtener el 3er puesto en la mitad de la temporada siguiente.

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